Aunque las barbas tienen la mala reputación de ser un caldo de cultivo para los gérmenes, un nuevo estudio de investigación ha descubierto que su vello facial puede en realidad combatir las infecciones, según un comunicado de prensa de la BBC.
A lo largo del estudio, publicado en la revista Journal of Medical facility Infection, los investigadores realizaron frotis faciales a 408 miembros del personal sanitario, con y sin vello facial.
Sorprendentemente, los resultados descubrieron que las personas bien afeitadas tenían más probabilidades de albergar una gran variedad de gérmenes. De hecho, tenían 3 veces más probabilidades de tener estafilococo áureo resistente a la meticilina (SARM) en la cara.
¿Por qué? Los científicos consideran que el afeitado puede desencadenar microabrasiones en la piel "que pueden favorecer la colonización y proliferación bacterianas".
Este concepto planteó asimismo otra posible descripción: que las barbas se ocupan de las infecciones.
El Dr. Adam Roberts, microbiólogo del University College de Londres, comprobó esta hipótesis cultivando más de 100 gérmenes diferentes en placas de Petri extraídas de barbas. En un par de muestras, descubrió que un microbio concreto mataba a los demás gérmenes.
Entonces, ¿eso sugiere que tu barba puede traer antibióticos recetados de algún tipo?
"Posiblemente", afirmó Roberts con mucho cuidado.
Reconoció los microorganismos como parte de un tipo llamado Staphylococcus epidermidis. A continuación, Roberts probó estos gérmenes contra un tipo de E. coli resistente a los fármacos, al que exterminó con facilidad.
Aunque no se han introducido nuevos antibióticos de prescripción en las últimas tres décadas, probablemente no verá "Beardicillin" en el mercado en breve, ya que comprobar un antibiótico único es muy caro y tiene una alta tasa de fracaso.
Mientras tanto, Roberts y su equipo acaban de aislar partículas antiadherentes de microbios de la barba, que impiden que los gérmenes se adhieran a otras superficies. Creen que esto podría ser interesante para la salud bucodental, ya que podría añadirse a la pasta de dientes y al enjuague bucal para proteger el esmalte de los gérmenes.
¿Quién iba a pensar que las barbas podían ser tan flexibles?